Los depósitos de agua de lluvia son cisternas fabricadas para acumular el agua de lluvia a través de las bajantes de los tejados. Con una rápida y sencilla instalación conseguiremos reducir el consumo de agua a nivel doméstico con el consecuente ahorro económico y energético.
En una hora, un tejado de una casa puede acumular hasta 600 litros de agua de lluvia. Un recuperador de agua de lluvia puede llegar a tener una capacidad de hasta 2000 litros. El agua sobrante se devuelve a la tubería por el aliviadero, evitando que la cisterna rebose. Recuperar la lluvia significa disponer de agua sin cloratos ni tratamientos químicos, un agua pura que beneficiará a las plantas de nuestro jardín.
A la hora de decidirnos por un deposito recuperador de agua de lluvia es recomendable considerar su tamaño y capacidad, ya que, debemos tener en cuenta una proporción equilibrada entre la cantidad de agua pluvial y las necesidades de agua de riego. Su instalación es muy sencilla, basta con conectar el depósito a la canaleta mediante un filtro que evitará que las impurezas -hojas, ramas, piedras, etc- lo obturen, una tarea que nos llevará cinco minutos.
La empresa alemana Graf pone en el mercado modelos que se adaptan a cualquier situación y necesidad. Esta empresa nos ofrece cisternas de distintos diseños: depósitos básicos, depósitos que se adaptan a la pared, depósitos discretos en forma de muro, depósitos de diseño moderno en varios colores, etc. Graf los fabrica en plástico de alta calidad 100% reciclado y resistente a los rayos ultravioletas. Podéis consultar el catálogo de Ekoideas clicando aquí.
Instalar un depósito recuperador de agua de lluvia es una buena solución tanto para nuestras plantas, como para el medio ambiente, como para nuestros bolsillos.