Con la llegada de la pubertad los cambios físicos que se producen aconsejan cambiar el colchón que nuestros hijos han utilizado durante su infancia. Los colchones naturales juveniles son colchones de transición entre la etapa infantil y la adulta. Se diferencian de los colchones naturales infantiles porque son algo más blandos y adaptables, y se diferencian de los colchones para adultos por tener un grosor algo inferior y una firmeza intermedia. El peso de un adolescente cada vez se asemejará más al de un adulto por lo que los colchones naturales juveniles o «júnior» deben ser capaces de soportar el IMC (índice de masa corporal) del durmiente. Aunque no olvidemos que los niños en la pubertad o los adolescentes propiamente dichos aún están en etapa de crecimiento por lo que un colchón extremadamente blando les podría causar problemas de desarrollo. Entre los 10 y los 12 años es el mejor momento para pasar del colchón infantil al colchón juvenil.
Los colchones naturales juveniles deben cumplir unas características determinadas:
• El colchón debe tener una firmeza intermedia (H3 o H4). Dependiendo de la densidad del látex o la combinación de materiales naturales (como la fibra de coco o la lana virgen) se pueden conseguir durezas que abarquen todo el espectro en la escala de firmezas. No obstante, una firmeza baja sería contraproducente para el correcto desarrollo de la columna.
• El colchón debe ser adaptable que elimine puntos de presión y se adapte a la morfología del cuerpo: el látex natural ofrece una adaptabilidad óptima evitando el hundimiento. Aunque dependerá de cada durmiente, el colchón debe evitar que la columna no coja posturas extrañas ni se vicie durante el sueño (por ejemplo: efecto hamaca o efecto embrión).
• El colchón debe tener una superficie homogénea que evite la aparición de hundimientos o huecos grandes. Los colchones de látex son flexibles pero indeformables facilitan la circulación sanguínea al no crear puntos duros.
• El colchón debe ser fresco y ventilable que evite la sudoración. Por ello, tanto la funda como el acolchado debe estar fabricado de un material fresco como por ejemplo el algodón orgánico o absorbente como la lana virgen para aquellos jóvenes que exuden en exceso.
• El colchón debe estar fabricado con materiales naturales sin tratamientos químicos. En estas edades se dan la aparición de alergias o síndromes que podremos evitar con el uso de colchones naturales. Desde ekoideas recomendamos la utilización de colchones de látex natural porque son más duraderos que los de muelles. Son colchones hipoalergénicos y resistentes tanto al polvo como a la suciedad.
Si nuestro nuevo colchón natural juvenil cumple con estos requisitos daremos un descanso saludable a nuestros hijos.
En resumen, el colchón natural juvenil que proporciona una postura correcta al dormir es aquel que no se hunde y mantiene la espalda recta, y esto se consigue durmiendo en un colchón firme y algo adaptable. Así, el mejor colchón natural juvenil será un colchón firme que sujete bien su espalda manteniendo recta su columna y poco adaptable que le permita moverse con libertad, y a la vez sea cómodo porque alivie la presión que el colchón ejerce sobre el cuerpo.
En ekoideas encontrarás colchones naturales juveniles de las marcas alemanas Baumberger y Prolana fabricados enteramente con materiales naturales certificados. Los modelos de estos colchones son los que detallamos a continuación (pulsa encima para acceder a la ficha del producto):
• Colchón infantil Coco-Kid de látex natural y fibra de coco marca Baumberger
• Colchón Nele Plus de látex natural y fibra de coco marca Prolana
A pesar de todas estas recomendaciones facilitadas por fabricantes y especialistas en descanso, si tenemos algún tipo de duda más, lo mejor es consultar con nuestro médico o pediatra para que nos indique qué tipo de colchón se adapta mejor al caso concreto de nuestro hijo.